Cuando vemos o leemos la frase: «El tiempo», Siempre lo asociamos al parte meteorológico. No es en este sentido que quiero hacer reflexionar en este escrito, sino que quiero que reflexionemos acerca del tiempo cronológico, filosófico y espiritual, que nada tiene que ver con el tiempo meteorológico. Pero, ¿Qué es el tiempo?, no es fácil definirlo, tiene un componente de misterio filosófico y espiritual.

Desde tiempo inmemorial se ha venido debatiendo acerca del tiempo, pensadores, filósofos, escritores y científicos han dado sus opiniones. La definición básica dice que es: el tiempo transcurrido entre dos acontecimientos o el tiempo que pasó desde un acontecimiento pasado hasta el presente. ¿En qué medida nos afecta a todos nosotros el paso del tiempo?

Debemos reconocer que es un misterio cuando decimos nuestra edad en años; se cuentan según las vueltas que ha dado la tierra alrededor del sol con nosotros a bordo. Una vuelta de la tierra alrededor del sol se hace en un año, es decir 365 días 6 horas 9 minutos y 9’5 segundos. Es el “kronos” del tiempo, esto es así, es la manera de contar nuestros años, dando una vuelta al sol, un viaje que dura un año, «subido» en un vehículo que es la Tierra. Decimos: ¡Feliz cumpleaños! o lo que sería igual: ¡Feliz cumple vueltas! desde que nacimos, pero, ¿Y si en vez de ir a «bordo» de la Tierra estuviéramos en otro planeta orbitando alrededor de otra estrella?, evidentemente no sería la misma forma de contar.

Un aspecto acerca del tiempo que no nos gusta nada a nadie: es el deterioro biológico producido en cada vuelta (año) en nuestros cuerpos, deterioro interno y exterior. Hay una batalla sin cuartel de la ciencia, que lucha para dar con la clave del porqué de este deterioro. La ciencia dice acerca de esto, que es porque nos «oxidamos» y por muchos otros factores como la perdida de la capacidad regeneradora de las células o los radicales libres.

La ciencia, en el mejor de los casos, puede llegar a descubrir como es el proceso, pero no sabe el porqué y mucho menos el cómo detenerlo, la realidad es que no hay manera de frenar el proceso. Mientras, los laboratorios cosméticos siguen haciendo caja, vendiendo sus productos «milagrosos» a sabiendas de que es pérdida de tiempo y de dinero.

Aun así, dicho esto, surgen algunas preguntas ¿Es el tiempo el causante que produce el deterioro? O ¿El deterioro es solo el biológico? O ¿Son los dos?

Se dice y con razón que no hay casualidad, sino causalidad y en este tema la clave es espiritual, sobrenatural. Es la Biblia, la que tiene la primera y la última palabra. Nos degradamos física y espiritualmente por una palabra de juicio dada por Dios por causa de nuestra rebelión y desobediencia contra Él, Dios dijo a Adán y Eva: “El día que de el comieres ciertamente morirás», la raíz de esta palabra es: «Muriendo morirás», esta es la causa y el efecto del deterioro que venimos diciendo; pero me dirás: ¡Esto es religión no estoy de acuerdo!, ¡Yo creo en la ciencia!, Y yo te diré: “grande es tu «fe»

Pero esta es la verdad, no hay otra causa. Dios no puede ser burlado, Él habla y se cumple. Por eso cuando vemos a filósofos y científicos investigar las claves de los estragos del deterioro irreductible del ser humano, no dan con el porqué, no dan con la verdadera causa.

El Señor Jesucristo dice: De cierto de cierto os digo que el que cree en mí, tiene vida eterna» Juan 6:47

¿Vida eterna?, ¿Que significa esta oferta del Señor Jesucristo? Vida eterna, juventud eterna, es lo que todos querríamos, nadie quiere asistir a su propia decadencia. Pero lo que Dios ofrece es sacarnos de la ley del tiempo y del espacio; y sacarnos del deterioro que produjo nuestra desobediencia, es decir transportarnos a otra dimensión, a otro estado, donde no hay tiempo, ni muerte biológica. Es verdad que, para nuestras pobres y limitadas mentes, no podemos comprender el alcance y magnitud de esta oferta. Pero Dios no miente y va en serio. Vida Eterna. Dios no está sujeto al tiempo, Él es y vive en presente continuo. Y nos quiere llevar donde Él está.

Juan 14:2 «En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros»

Este «para vosotros» no es para todo el mundo. Si no para aquellos que se arrepienten y le aceptan como Señor y Salvador y están de acuerdo en irse con el a su «casa»

1ª Corintios 2:9 Antes bien, como está escrito: «Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman»

No se tratará de «paliar o frenar» el proceso biológico, sino de una transformación integral y traslado a otra dimensión.

1ª Corintios 15:51-52 «He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados»

Dios no miente, es imposible, los mentirosos están en la Tierra. El promete a todo el que se entrega a él vida eterna. Todos los seres humanos tenemos existencia eterna mas allá de la muerte, pero no todos tenemos vida eterna mas allá de la muerte. Dice Dios aún hoy:

2ª Corintios 6:2 Porque dice:  En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido.  He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación»

El tiempo no se puede detener, al pasado no se puede volver, pero nuestro futuro eterno se puede resolver ahora en el presente entregándonos al Señor Jesucristo, el Salvador de los que le aceptan.

Yo lo resolví ya hace «tiempo» ¿Y tu?