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El otro día hablando con un hombre del servicio de mantenimiento del edificio, (al cual le hablo del Evangelio), me dijo que el cree en el Yin y el Yang, una filosofía oriental que cree en la existencia de dos energías opuestas pero que se necesitan y coexisten en perfecto equilibrio.

Esta creencia no se sostiene en absoluto a la Luz de la palabra de Dios, en la cual encontramos abundantes afirmaciones donde Dios declara su absoluta soberanía y dominio sobre todas las cosas.

Dios no convive en un «equilibrio» de fuerzas con nadie. El es inalcanzable y su poder no puede ser resistido por el mal. Dios no tiene un «co-igual» negativo en una fuerza paralela.

La filosofía del Yin y  el Yang es barata, miserable y mentirosa. Quienes la creen están exhibiendo una gran ignorancia, quedando presos por el poder de la mentira que tiene por padre al diablo.

En estos tiempos de apostasía masiva en occidente se ha rechazado la Luz del Evangelio, no hay alternativa posible, el Yin y Yang y otras patrañas semejantes han tomado su lugar en las mentes de los apóstatas.

Dios respetando el libre albedrío de cada cual, ha permitido que un poder engañoso se enseñoree de los que rechazan la Luz.

Textos:

2ª Tesalonisences 2:10-12 » y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia»

Juan 3:19 »Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas»